Sobre Nosotros

Adrían Lebendiker

Reciclando sueños
  • Recuerdo que estábamos sentados en el salón principal del Centro Metropolitano de Diseño, alrededor de alguna de las mesas cuadradas de color negro que se acomodaban debajo de la inmensa lucarna central. Miki nos explicaba, a María y a mi, la idea de la muestra: un conjunto de sencillas herramientas, que de manera sencilla, extraigan fibras y cortes de botellas de PET y latas de aluminio, para que con sencillos procesos, gente sencilla, fabrique objetos de uso cotidiano, que le sean útiles a otras personas, y que de alguna manera, mejoren las pésimas condiciones de vida, en que sencillamente se encuentran.

    Nosotros veníamos trabajando, hacía tiempo, en la organización de Negocios de Diseño en Buenos Aires (NDBA), y teníamos que decidir aún el carácter de la expo que montaríamos en el CMD. Hasta ahí, la agenda que engordaba a un ritmo vertiginoso, daba cuenta de importantes eventos comerciales, visitas a establecimientos industriales, numerosas charlas y un sinnúmero de “ágapes” en locales de Palermo y Arenales: toda la sofisticación del diseño de productos para viviendas y lugares de trabajo que Buenos Aires estaba en condiciones de ofrecer.

    Mi idea era realizar una exposición que siguiera la línea de trabajo con materias primas locales que habíamos inaugurado con el eucalyptus grandis. Los productores de roble, sauce, lenga y otros materiales como el mármol celeste nos estimulaban a continuar con una metodología que articulaba productores, fabricantes, diseñadores, canales de comercialización y que intuíamos exitosa. De ahí que la posibilidad de exponer una parte, tal vez reciente e inmadura pero de indudable potencia, de aquellos proyectos sostenidos por industrias primarias de buena perfomance en la Argentina de los 90’, por cierto nos seducía.

    En esa discusión estábamos aquel día cuando llegó Alejandro. El tipo, luego del saludo de rigor, se sentó a la mesa. Sacó del bolsillo de su campera un objeto extraño con forma de “U”, hecho con madera y cruzado por una hoja de cutter de esas que se consiguen en cualquier ferretería. Agarró con mano firme una botella de seven-up. Le cercenó la cabeza en un movimiento. Clavó la herramienta en el decapitado envase y comenzó a tirar de la pequeña punta de PET que la original trincheta había cortado, extrayendo una larga lonja de plástico verde cristal como si fuera una ininterrumpida cáscara de naranja. En sólo un momento ya no había más botella, en cambio una cinta de corte parejo se extendía en la mesa devenida en taller. Luego nos mostró unos espirales hechos con tiras similares, y después unas tramas y tejidos varios. Por un instante nos quedamos manipulando esos alambres de PET y observando la trincheta, en un silencio que convocó a cuánta persona pasaba por el sector.

    Luego empezamos a reírnos, con aquella risa excitada que nos brota cuando nos chocamos con soluciones simples, elementales, y a la vez agudas e inteligentes. A partir de ahí todo empezó a ordenarse. Las piezas fueron encajando en sus lugares, casi mágicamente. Para Alejandro y Miki porque hacía años que estaban detrás de éste proyecto y finalmente podían concretarlo. Para nosotros porque los miles de cartoneros que de un día para el otro invadieron la ciudad, instalaron junto a una dramática radiografía social, el conficto sobre un tema - la basura - donde el diseño debía dar cuenta.

    Entonces comenzaron los eslabonamientos y los proyectos: exponer “ContenidoNeto” capacitar a microemprendedores, conformar un centro de experimentación con materiales reciclables, promover el sentido proyectual del diseño como complemento de las propuestas comerciales de NDBA y otras tantas ideas.

    Finalmente hoy se presenta el producto de tanto trabajo. Que a la vez es solo un momento del proceso. Como debe ser una muestra de diseño: estimulante de la actividad creadora, disparadora en la búsqueda de nuevas técnicas, de lenguajes inexplorados, y emergente de las realidades que aún siendo tan dolorosas no dejan de ser auténticamente nuestras.

    Tal vez, “ContenidoNeto” sea una metáfora de aquello que de alguna forma percibimos nacer: una sociedad que reconstruye sus tramas, sus tejidos y sus proyectos con los jirones de lo que hasta no hace mucho tiempo supimos ser, un gran envase vacío.

    Adrián Lebendiker
    Coordinador General, Centro Metropolitano de Diseño, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.